Educar para el Bienestar
Resumen
Durante la primera infancia se producen importantes cambios neuroevolutivos y socioemocionales, lo que la convierte en un periodo de gran vulnerabilidad, pero también de gran potencial. Es un momento ideal para cultivar las competencias socioemocionales (SEC) y resulta especialmente impactante para los niños que viven en la pobreza y presentan retrasos en el desarrollo de las SEC. Este tipo de apoyo en la primera infancia ayuda a cerrar la brecha de la desigualdad al dotar a los niños de las habilidades que necesitan para afrontar situaciones difíciles y tener éxito en la vida.
El reto
En México, 1 de cada 2 niños vive en la pobreza y se considera que el 60% de los estudiantes están atrasados en la escuela cuando cursan el sexto grado. Los acontecimientos adversos en la primera infancia pueden afectar de forma permanente a la capacidad de una persona para regular el estrés, aprender nuevas habilidades y adaptarse de forma saludable a futuras adversidades, lo que se traduce en importantes barreras para el aprendizaje. La brecha en los resultados educativos según el estatus socioeconómico se amplía significativamente entre los 5 y los 18 años, alimentando ciclos de desigualdad y violencia.
La solución
Educar para el Bienestar (EPB) pretende romper estos ciclos fomentando un entorno de aprendizaje empoderador dentro de los centros preescolares que actúe como barrera protectora para ayudar a cerrar esta brecha de forma temprana. Un desarrollo infantil sano depende del propio bienestar de los educadores. El programa incluye un riguroso planteamiento basado en la formación para fomentar el SEC entre los educadores, un plan de estudios explícito para fomentar el SEC de los alumnos y un planteamiento a escala escolar para fomentar el desarrollo y la resiliencia de los alumnos.
Impacto a largo plazo
Tras participar en estudios piloto, los profesores mostraron mejoras en los SEC y reducción del estrés y el agotamiento, y sus alumnos demostraron mejores resultados socioemocionales. Estudios realizados por el Banco Mundial y el Center for Healthy Minds publicarán en los próximos meses resultados que estiman el impacto de EW. Hasta la fecha, EW ha formado a 80.000 educadores de la primera infancia, y pretende llegar a más de un millón de alumnos en todo el país.